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Miles de personas en el mundo han recuperado la alegría y el encanto de la vida.

Talleres de Oración y Vida

Padre Ignacio Larrañaga

Miles de personas en el mundo han recuperado
la alegría y el encanto de la vida.

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Padre Ignacio Larrañaga

Pentecostés en el corazón

La Iglesia no es una sociedad cualquiera. Lo que hace y constituye como Iglesia a todos aquellos que estaban juntos en un mismo lugar el día de Pentecostés, es que “todos quedaron llenos del Espíritu Santo” (Hch 2, 4). El Espíritu Santo es quien produce unidad en el amor.

Se trata de un amor gratuito e incondicional que sobrepasa todo conocimiento: déjense vencer por mi Amor y vayan por todo el mundo y cuenten que el Reino de Dios ha llegado para todos.

El Espíritu Santo nos anima a seguir viviendo Pentecostés en medio de nuestra fragilidad: “Yo hago un espacio dentro de mi para que lo habite el hermano que está a mi lado”… Tratar con Dios en la intimidad, siempre nos remite a nuestros hermanos, y de esa manera nos trae la urgencia gozosa de compartir con todos las maravillas que el Señor ha hecho en mí. Nos llama a vivir una fidelidad creativa con Dios. Y esta fidelidad, no es otra cosa sino el encuentro diario a solas con el Resucitado en oración profunda, confirmándome la certeza de que el Señor está vivo y camina a mi lado en la vida, y que también camina junto a mi hermano.

Pentecostés en nuestras vidas, llama a “custodiar toda la creación, custodiar a todos, especialmente a los más pobres; a quienes son más frágiles y que a menudo se quedan en la periferia de nuestro corazón.”- como nos impulsaba el Papa Francisco en Semana Santa.

Pentecostés renueva la esperanza de que es posible vivir en medio de las contradicciones y sufrimientos que hay por doquier en el mundo. Es el Señor quien sostiene la esperanza. Y por ello es esencial sostenernos orando, pues la oración es la respiración de la esperanza. Quien deja de orar deja de esperar.

No hay derrota posible para aquel que se abandona en las Manos Todo cariñosas de Dios. Porque como reconocía San Pablo, es en mi debilidad donde se manifiesta Su fuerza y Sus prodigios.

(Basado en los mensajes del Papa Francisco y en el libro del Padre Ignacio Larrañaga “Itinerario hacia Dios” )